Sanando las heridas de infancia

En este mes de abril, reconectado con la energía de los niños, de mi niña interior, he estado muy reflexiva sobre mi historia, mi pasado y a pesar de no haber vivido grandes situaciones traumáticas, mi vida adulta se ha visto condicionada para avanzar por aprendizajes inconsciente de mi infancia.

 

A medida que más avanzo en el camino de la sanación me doy cuenta de que existen tantas situaciones olvidadas en mi historia que se reflejan una y otra vez en mi presente; encontrando en la terapia la luz para si bien no recordar a detalle lo sucedido, si me ha dado acceso a comprender desde al amor y el perdón todos esos aprendizajes para integrar las lecciones y trascender a una realidad de mayor expansión.

 

Pero hablemos de ti, reflexiona:       Â¿Qué te duele de tu historia?

Eso que podrías considerar como una herida abierta por la vulnerabilidad de edad, la inocencia de la niñez, la fragilidad de esa pequeña; todas esas historias, todos esos dolores no sanados te condenan a vivir una adultez infantil, porque una y otra vez la vida te pone enfrene las mismas situaciones que abrieron la herida para dejar entrar en esa oscuridad a la luz del amor para poder sanar.

 

Pareciera que esas circunstancias de infancia pierden importancia en tu presente, pero no es así, ante estímulos similares a lo que causaron la herida, se activa la reacción de protección y revives esas circunstancias desde una mala gestión emocional, provocando reacciones de ira, de tristeza, de alta defensa que podrían parecer exageradas para la situación actual; sin embargo, esa visible exageración es la niña herida gritando de dolor porque alguien toco su herida, su herida abierta.

 

La propuesta hoy es que atiendas tus heridas y que humildemente reconozcas como yo lo he hecho, que solas no es posible, sólo ponemos banditas para mitigar el dolor, pero eso no nos sana; porque si esa fuera la solución ya estaríamos sanadas. 

 

Para sanar, es necesario tener la valentía de entrar en tu corazón, limpiar esas heridas, curarlas desde el amor y darte la oportunidad de vivir una vida hermosa.

 

Las energías del amor y del perdón son la clave para reconectar tu vida adulta con esa niña, hacerla sentir segura, protegida y amada por ti, para darle la oportunidad a tu presente de sanar tu pasado y así acceder a un futuro de libertad, sin condicionamientos caducos. 

 

Mi deseo para ti es que logres habitar un presente creando un futuro nuevo, desde la vivencia de un adulto en conciencia.

 

Te mando un abrazo fuerte a ti y a tu niña interior.

 

Gracias por leerme, besos.

Isabel

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