tu realidad es la fantasía de alguien más

A veces renegamos de nuestra realidad individual, enfocándonos en el faltante, quitándole valor a quién si somos, a lo que si tenemos.

Sin valor no hay agradecimiento, sin valor no hay abundancia, sin valor no hay paz.

Observa tu realidad, así como es, sin cambiarle nada. Obsérvate tú en esa realidad, así como eres, sin cambiarte nada.

¿Te das cuenta de que tienes mucho, que eres mucho?

Y aun así te cuentas que no es suficiente. 

¿Por qué? ¿De dónde surge este cuento?

¿Surge en verdad de ti? Posiblemente no.

 Y aquí te dejo dos posibilidades.

 La primera: Si crees que te faltan muchas cosas, experiencias, habilidades, talentos. Cuestiónate ¿En referencia a qué? ¿Comparada con quién? Posiblemente estás habitando tu realidad en modo zombi con los ojos enfocados en la vida “perfecta” de alguien, generando un infinito de faltantes por falta de reconocimiento de ti y de tu realidad.

La segunda: Tal vez, tu círculo cercano tiene una realidad individual con circunstancias complicadas, un trabajo difícil, deudas permanentes, sobre esfuerzo para generar un dinero que nunca alcanza, enfermedad, dolores, prisas, estrés, no sé, cada quién tiene una forma particular de sufrir.

Si tu realidad es mejor que la de las personas a tu alrededor, se convierte en la fantasía inalcanzable del otro, modificando tu enfoque al sufrimiento ajeno, comprando realidades sufridas que no vives. Viviendo tu realidad con los ojos ajenos del sufrimiento y no del agradecimiento.

Tal vez por pertenecer a esas personas, empatizas con realidades de dolores ajenos que no son tuyos, que los haces tuyos. Y vives realidades ajenas tal vez solo porque para ellos tu realidad es tan sólo una fantasía y te genera culpa vivirla. Libérate cariño.

 Toma conciencia de que todo está bien, así como está, tú estás bien, así como estás. RECONOCELO, HONRALO Y AGRADECELO.

Y desde la verdad de ti, la verdad de tu realidad decide si quieres expandir tu experiencia de vida, expandir tu realidad y comienza ahora con pasitos de bebé a transformarla, pero siempre desde el reconocimiento de quién eres, de lo que tienes, de lo que has creado.

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