Días de descanso

Si hoy te dieran la oportunidad sin consecuencias de poner pausa en tu vida, así como está, en las circunstancias actuales que vives en tu día a día.

Una semana para ti, sin tu rutina. ¿Qué harías?

Has conmigo este ejercicio, lo más cercano a tu realidad, es decir, incluye a las personas de convivencia diaria en el hogar y el presupuesto natural de tu vida.

En mi vida anterior, yo utilizaba esos días de descanso sólo en dos actividades:

  • La primera, en estar desarreglada para liberarme del outfit de oficina, ver la tv, comer comida confort y dormir mucho, muchísimo.

  • El segundo plan era entretenerme en las reparaciones y mejoras pequeñas del hogar; cuidar las plantas, pintar una pared pálida, sacar mi ropa para donar lo que no tenía uso, y claro desarreglada para estar cómoda en las actividades de limpieza.

 La ironía estaba en que en la oficina mi queja constante era que no tenía tiempo para mí por tener que estar esclavizada al horario, trabajando tantas horas en un trabajo rutinario y estresante. Y cuando la vida me daba la oportunidad de un descanso, el tiempo que me quejaba por no tener lo usaba en nada.

 Al menos en nada que me generará placer y disfrute.

 Ya sé que se podría pensar que “descansar” en la cama sin bañarme comiendo pizza suena a descanso, ¡pero no es así!

 Ese tipo de “descanso” y esas actividades de arreglo extra de casa, ¡son una trampa!

 Son actividades de fuga del cansancio que genera nuestra aburrida realidad, al menos en mi caso así era.

 Y comencé a cuestionarme como podría yo vivir una vida diferente, una vida como las de mis mentoras que trabajan en línea y viven en placer, en belleza en amor, en amor propio.

 Y leí una frase que decía algo así: Vive una vida tan placentera de la cual no necesites estar tomando vacaciones para reponerte.

 ¡Y justo fue así!, la vida me dio el regalo de tener un hijo maravilloso lleno de comentarios sabios y justamente en el lugar donde me encuentro ahora escribiéndote este blog.

 Aquí en la terraza frente al mar, escuchando en el silencio las olas, con el sol apenas saliente, con mi computadora, que la siento tan cercana a mi como una buena amiga confesora.

 Y Matías me dijo, con tan solo 4 años: ¿Mamá y si vivimos de vacaciones?

 ¿Cómo?

 Sí, cuando estamos de vacaciones, no te estresas, no te quejas, juegas mucho.

 Woww!! ¡Y me di cuenta de que si! Que aquí, en la playa. Todo es diferente, yo soy diferente.

 Mi vida es más lenta, medito mucho, estoy muy reflexiva y en paz, con más paciencia y amor para mi entorno. Mi alimentación es más ligera, más saludable. Mi arreglo es más de acuerdo con mi corazón, cómoda pero linda, siempre linda. Leo más, me muevo más, duermo mejor.

 Y ahí lo decidí.

 ¡Si Matías suena como un plan perfecto!

 Y durante un tiempo continue con mi vida normal en casa, con mi trabajo de oficina, con la misma rutina, pero con diferentes ojos.

 Y justo eso quiero para ti, que te conmueva mi historia y la hagas tuya, que te des cuenta de que si habitas tu realidad, esa misma realidad que habitas todos los días, pero ahora lo haces desde el amor, desde los ojos del amor propio, tu vida se transformara, así como lo hizo la mía.

Besos,

Isabel

Anterior
Anterior

Disfruta el 2023

Siguiente
Siguiente

¿Por qué nunca termino lo que comienzo?