CONSTRUYENDO NUESTRA ALAS

Para volar se necesitan recursos para la construcción de nuestras alas.

 Las mujeres hemos tenido tanto tiempo, tantas historias, tantos dolores asociados a la represión, a la sumisión, al silencio, al sacrificio, al dolor; que ha generado un fuego acumulado dentro de muchas de nosotras para levantarnos y generar un cambio.

Una transformación necesaria y evidente para las generaciones de mujeres jóvenes, pero no tan sencilla para las mujeres de nuestra generación o generaciones más arriba (yo tengo 45 años para que tengas referencia de la generación a la que me refiero).

 Y desde mi experiencia vivida y observada, puedo ver las limitadas opciones (generalizando) para nuestra generación:

 ✨ Casarte, tener hijos (o no), ser ama de casa, seguir el camino transitado por nuestras Madres, con un final conocido, sufrido y nada apetecible.

✨ Casarte, tener hijos (o no), trabajar y llegar a casa a las labores; creando una vida con una duplicidad de funciones y de roles, con un final usualmente cansado, sacrificado, lleno de insuficiencia y un posible divorcio.

✨ Divorciarte, después de tanto dar en la duplicidad de roles, el cansancio llega a su fin y se necesita liberar cargas, y la relación en su formato no-actualizado es una carga, llevándonos a una vida de sufrimiento, cansancio, confusión y posible soledad.

 He pasado por los tres estados y ninguno me ha dejado satisfecha, porque en ninguno me incluía a mi desde el amor propio, porque en ninguno incluía la construcción y el desarrollo de mi proyecto de vida.

 Y desde mi percepción yo sentía todos esos roles limitantes, porque yo quería (y quiero) volar, volar alto, pero..

¿Cómo volar estando amarrada?

 Amarrada a un camino pasado trazado por mis padres y la sociedad, amarrada a un presente persiguiendo metas definidas por otros (casarte, tener un hijo, plantar un árbol, escribir un libro, tener riqueza material, etc.), amarrada a un futuro persiguiendo metas, logrando metas y poniéndome el marcador de éxito y felicidad cada día más lejos de mi.

Y vivi tantos años como aquel canario que metían a las minas para saber si el aire era respirable, sintiendo que se moría una parte de mi entre la toxicidad generada por mi y alrededor de mi.

!BASTA! Reconectemos con el amor propio y aprendamos a volar.

 Para volar se necesitan recursos, porque salir corriendo de donde no quieres estar (también ya pase por ahí) no te lleva a volar, te lleva a una caída dolorosa y profunda (ahí si he estado varias veces), por eso te escribo esto.

 Aprender a volar requiere ir armando tus alas, ir construyendo la pista de vuelo, ir desarrollando tus dones, tus talentos, tu fuerza para construir tu paso a paso y la visión de incluir a quien te sume y soltar a quien te resta.

Hoy ya estoy dando los primeros saltos para elevar mi vuelo y mi sueño es volar con miles de mujeres de mi comunidad que desde la conciencia de unidad seamos ejemplo de libertad conciente para los demás y desde el amor le enseñemos a volar a nuestros hijos y seres queridos.

 Con mucho amor te deseo un feliz vuelo.

Isabel ❣️

 

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