Mi caleidoscopio

Hace casi treinta años, o tal vez algunos más; en mi adolescencia me tomó por sorpresa una pregunta que llego a mí, como un rayo iluminando y a su paso destruyendo con la fuerza de su luz, la pregunta: ¿Quién soy?

 El cuestionamiento sin respuesta quedo en mi mente muchos días, y me enrede, me frustre, me asuste, hasta que finalmente me canse de buscar una respuesta que nunca encontré.

 Y hoy a mis 43 años, regresa a mi esa pregunta con la misma fuerza, pero sin destrucción.

 Y yo te pregunto a ti, ¿Quién eres?

 ¿Será, que la respuesta a la pregunta quién soy, depende de varios factores?

·      Depende de con quién esté

·      Depende de dónde esté

·      Depende del rol que esté realizando

·      Depende de si alguien me está viendo

·      Depende de mi estado de animo

·      Depende de la hora del día

·      Depende del contexto

·      Depende de la edad, etc

 Tantos “dependes” de los cuales dependemos para definirnos, nos crea una imagen fractalizada de nosotras, similar a una imagen de caleidoscopio, que su forma cambia conforme al movimiento externo generado por quien lo sostiene.

 Es sencillo ver lo fácil que es perdernos, perder nuestra autenticidad, nuestra conexión con el interior, entre tantas versiones que hemos creado de nosotras.

 Cada uno de los “depende” ha generado una máscara para su desarrollo, y es una máscara que está muy bien definida para cada situación, el problema es, que sin cuestionamientos nuestras máscaras de apoderan de nosotras, olvidándonos del ser, del auténtico ser que está debajo.

 ¿Qué pasaría si nos aceptáramos con todos los “dependes” y sin ninguno de ellos?

 La lección es comprender que, en el Ser, todo es incluyente, en ambas polaridades. Soy buena, pero también soy mala. Soy abundante, pero también soy escaza. Soy bondadosa, pero también soy muy “perra”. Soy honesta, pero también soy mentirosa. Soy humana, pero también soy espiritual….  Y así el infinito baile de los opuestos.

 El tomar conciencia que somos todo, que somos nada, que el vaivén entre los dos polos desde la integración, soltando el juicio al polo contrario en el que habito, me genera paz, armonía, libertad.

 Me lleva a comprender en mí, el concepto Conciencia de Unidad, que nace primero dentro de cada uno de nosotros, para después llevarlo afuera y comprender que todo forma parte de un todo.

 

 

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